“ Lo que
decide el destino de cada ser humano
es lo que ocurre dentro de su cerebro, cuando se
enfrenta
con lo que ocurre fuera de su cerebro”
Eric
Berne
Con
las palabras de Berne nos adentramos al complejo mundo humano. La vida del
hombre se recrea en su cerebro y corazón orgánicos pero con filtros
históricos-emocionales. El hombre ve y cree lo que su cerebro y corazón le
hacen ver y no lo que ve.
Los mentores, sofistas, maestros, instructores,
tutores y consejeros han existido por mucho tiempo atendiendo el desarrollo de
la formación de sus discípulos, pero sin el logro de una existencia feliz,
realizada y progresista. Este es el fin de esta nueva ciencia practicada por
.los llamados couch, el “couching”. Todo un proceso guiado en relacionar
couch-couchado con el intencionado objeto de encontrar la realización y
felicidad personal con el descubrimiento de los recursos propios tanto del
encuentro de algo tangible como abstracto o espiritual.
Todo
está en comprender el porqué usted se inhibe del sueño que potencialmente tiene
a su mano y cómo se planteó al inicio todo está en su cerebro y corazón. El
propósito del trabajo es el de platicar de manera propedéutica la temática del
coaching e inteligencia emocional donde se enmarcaran temas como: Las
emociones, La Ontología del lenguaje y la Ontología de la persona, Competencia
emocional, Inteligencia emocional, El coaching, El coaching emocional,
conclusiones y referencias.
Finalmente
el deseo que pueda usted disfrutar del material y que le sea de utilidad….Tashideley.
Establecida la simbiosis coach-coachado, sólo resta comenzar con el proceso de coaching. Comienzo que está determinado por el protagonismo del “coachado” que es quien solicita el apoyo, donde el coach con maestría debe lograr la confianza entre las partes permitiendo un diagnóstico sencillo para posteriormente fijar las metas y curso del proceso. Las competencias básicas de un coach según el mismo Tovar (2012) son: capacidad de inspirar confianza, diagnóstico acertado, escucha activa, comunicación apropiada, orden, discreción sobre la problemática que surja, flexibilidad.
1. LAS EMOCIONES.
Según
Cooper y Sawaf (1998), las emociones permiten la resolución de los problemas y
contribuyen a la toma de decisiones de forma superior y en menor tiempo. Kofman
(2008) afirma que las emociones por una parte, pueden descarrilar nuestros
procesos mentales y por la otra, sin las emociones no hay motivo para pensar.
Así que las emociones son indispensables para el proceso de racionalidad porque
condicionan la percepción y las acciones, las cuales son moldeadas por modelos
mentales.
Las
emociones son una distinción que hacemos en el lenguaje para referirnos al
cambio en nuestro espacio de posibilidades a raíz de determinados
acontecimientos. Por consiguiente cuando se habla de emociones se ha de tomar
en cuenta las circunstancias particulares que la generan. Cooper y Sawaf (1998)
especifican que las emociones son responsables de generar o encender la chispa
de la creatividad, la colaboración y las grandes transformaciones.
Maturana
y Bloch (1998), exponen que el emocionar como fenómeno biológico-relacional no
surge de un vacío histórico, la conciencia del acto emocional está en el vivir
y el actuar cotidiano y teatral de nuestra especie. Esto significa que, si se
puede observar el emocionar de un ser vivo en su ámbito de existencia
(ambiente, biotopo, mundo cosmogónico) se podrá instruir como vive y, si sabes
cómo vive, se podrá inferir su emocionar. La emoción invade la palabra o dicho
de otro modo, la palabra cambia con la emoción.
2. LA ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE Y LA ONTOLOGÍA DE LA
PERSONA.
El foco
de atención de la Ontología del Lenguaje son los seres humanos. La
predeterminación de la naturaleza humana no existe, los seres humanos se
inventaron en algún momento de su historia en el lenguaje (Echeverría, 1998).
El lenguaje nace de la intervención humana en el modelo cerrándose en la
intercesión social entre los mismos seres humanos. En perspectiva sucede que el
lenguaje es un fenómeno social y no biológico, ni individual.
Para
Echeverría (1998) “la forma en que damos
un sentido a nuestras vidas, es obviamente lingüística” y ese sentido es la
invención de nuestro propio mundo que narra una realidad en una especie de
circularidad narrativa en todo un trasfondo mágico – espiritual. El lenguaje se
convierte en nuestra manera de vivir, de interaccionar socialmente con otros
seres humanos, que genera un universo de interpretaciones previas a la
comprensión del acto de acción. Por lo tanto, el lenguaje no es solo un
instrumento que describe, es acción.
El lenguaje origina cambios sociales y
psicológicos ya que a través de ella surge la simbología y la emergencia de los
fenómenos mentales. El lenguaje se convierte en el centro comprensivo del ser
humano. Maturana y Bloch (1998) comunican que los humanos son lingüísticos, por
lo tanto, viven el lenguaje. Es aquí donde reside la comprensión de todos los
fenómenos humanos por lo tanto la persona es una historia sobre nosotros mismos
en el lenguaje, es un producto de gran capacidad recursiva del lenguaje. Por su
parte, el dominio emocional puede reconstruirse lingüísticamente y puede
cambiar en la interacción lingüística, por lo que el lenguaje puede afectar las
emociones, ya que ellas tienen la enorme potencialidad de afectar el lenguaje.
3. COMPETENCIA EMOCIONAL.
Kofman
(2008) indica que “la comprensión de los
conceptos a nivel intelectual no tiene valor si no podemos aplicarlos a una
situación difícil… un individuo debe equilibrar y organizar sus acciones para
actuar con destrezas”. En este sentido, Goleman (1998) cita a Spencer
indicando que “la incompetencia emocional
se convierte entonces en una importante desventaja para el liderazgo”. Entonces,
lo más importante para lograr un alto nivel de desempeño es el dominio de
competencias vinculadas con la inteligencia emocional.
4. INTELIGENCIA EMOCIONAL.
Cooper y
Sawaf (1998) indican que diferentes estudios sobre inteligencia emocional
demuestra que muchas personas intelectualmente muy brillantes no logran grandes
éxitos, ni en sus trabajos ni en su vida personal. Así se tiene que el cociente
de inteligencia (C.I.) no es suficiente como único factor a tomar en cuenta en
una persona, es básico conocer su inteligencia emocional (I.E.), los
profesionales técnicamente eficientes que posee un alto (I.E.), son personas
con habilidades, percepciones y eficiencia de más nivel en la resolución de
problemas.
Toda
persona que logre aumentar su inteligencia emocional logrará un cambio en su
experiencia laboral, espiritual e interpersonal. Según Hammond citado por
Cooper y Sawaf (1998) revela que las emociones son activadoras de valores, confianza,
integridad, empatía, flexibilidad y credibilidad, como también son un capital
social permitiendo la creatividad y la sostenibilidad de valiosas relaciones.
Por su parte, Goleman (2012) habla de la inteligencia emocional como una
herramienta eficaz para el desarrollo del coaching.
5. EL COACHING.
Tovar
(2012) define al coaching como “la ayuda
profesional que se brinda a personas o grupos para mejorar su rendimiento en
las actividades que desempeña”. Así el objetivo del coaching es el
desarrollo de la autoestima, autoconfianza y proactividad para tomar
decisiones, por lo tanto ayuda a asumir
responsabilidades.
La
metodología del coaching se ubica en la plena atención de la persona o grupos
de ellas para incrementar sus capacidades. Es básico dejar en claro que el
coaching rompe con mitos y creencias esclavizantes entablando un realismo donde
el “coachado” desarrollará actividades factibles por lo que el coach debe
facilitar un trabajo metódico, donde se indique:
·
Establecer un diagnóstico para detectar las necesidades del grupo o
persona.
·
Fijar bien la meta general, las metas concretas del entrenamiento.
·
Señalar horarios y calendario que debe seguirse.
·
Elaborar una lista de sesiones con las estrategias y actividades que
se realizarán.
· Marcar un sistema de evolución, para determinar el avance del
programa, con el fin de acortarlo, alargarlo o terminarlo (Tovar, 2012).
Establecida la simbiosis coach-coachado, sólo resta comenzar con el proceso de coaching. Comienzo que está determinado por el protagonismo del “coachado” que es quien solicita el apoyo, donde el coach con maestría debe lograr la confianza entre las partes permitiendo un diagnóstico sencillo para posteriormente fijar las metas y curso del proceso. Las competencias básicas de un coach según el mismo Tovar (2012) son: capacidad de inspirar confianza, diagnóstico acertado, escucha activa, comunicación apropiada, orden, discreción sobre la problemática que surja, flexibilidad.
6. EL COACHING EMOCIONAL.
Villalobos
(1992) indica que el Coaching Emocional es una corriente del coaching, enfocada
en las emociones con base en las experiencias de Leslie Greember, “la teoría
focalizada en las emociones”. Este coaching se ajusta a las necesidades reales
de la persona utilizando como elemento principal las emociones como guía de
acción, mediante acuerdo entre emociones y razón; las emociones proponen, la
razón decide.
Todo
parte de la convicción de que las emociones no son buenas o malas, solamente pueden ser agradables o
desagradables. Situación que ajusta con la realidad de la persona de su
quehacer cotidiano. Las personas deben atender sus emociones ya que las mismas
le están indicando lo que necesita y utilizar el sistema reflexivo para
trabajar, indagar, lograr acuerdos entre ambos. Es aquí donde el coaching y la
inteligencia emocional se fusionan generando la fulguración de un nuevo enfoque
de coaching alineado a las necesidades de las personas.
El coaching emocional es un proceso de desarrollo
personal o institucional que ajusta a las necesidades con la gestión de las
propias emociones. Este enfoque emprende el autoconocimiento de la persona
potenciando sus capacidades. El coach ha de trabajar los elementos que le
permitan pasar de una situación presente a la deseada, para ello y según
Goleman (2012) deberá recurrir a los sueños, a las aspiraciones, a la idea que
tiene de si mismo el coachado.
CONCLUSIONES
De esta forma, se concluye que el coaching es
un proceso de entrenamiento
personalizado, que cubre el vacío existente entre lo que
eres ahora y lo que deseas ser. Ser coach puede
hacerte persona, humano, un individuo sumamente interesante que pueda admirar y
depositar un valor muy apreciado “la confianza”. Ser “couchado” es
autoaceptarse de poseer un buen autodominio de las emociones.
El coaching emocional ayuda a reconocer las emociones
y a identificar su mensaje, para gestionarlas (inteligencia emocional). Este enfoque emprende el autoconocimiento de la persona
potenciando sus capacidades. El coach ha de trabajar los elementos que le permitan
pasar de una situación presente a la deseada, para ello y según Goleman (2012)
deberá recurrir a los sueños, a las aspiraciones, a la idea que tiene de si
mismo el coachado y asumir como punto de
honor el planteamiento de Damasio (2002) “para
tomar una buena decisión tenemos que aplicar sentimientos a los pensamientos”.
REFERENCIAS
Cooper, R y Sawaf, A. (1998). La Inteligencia Emocional aplicada al
liderazgo y a las Organizaciones. Norma. Colombia.
Echeverría, R.(1998). Ontología del lenguaje. Dulmen
ediciones. Chile.
Goleman, D.(1998). La Inteligencia Emocional en la Empresa.
Vergara. Barcelona.
Goleman, D.(2012). El Cerebro y la Inteligencia emocional: Nuevos
descubrimientos. Grupo Zeta. Caracas.
Kofman, F.(2008). La Empresa Consciente. Cómo construir valor
a través de valores. Aguilar. Argentina.
Maturana, H y Bloch, S.(1998). Biología del Emocionar y Alba Emoting.
Dolmen ediciones. Chile.
Tovar, M.(2012). El coaching en la Escuela. Aplicación del
coaching para los educadores. Trillas. México.
Villalobos, A.(1992). ¿Qué es el
Coaching Emocional? [Documento en línea]. Disponible: http://antonioesguivias.wordpress.com. [Consulta:
2013, Septiembre 08]